lunes, 28 de mayo de 2012

Ruidos 3.

Después del suceso con aquel ser tan horrible, su vida empeoró mucho, hasta tal punto que se quedó sola, con la única compañía de Sulli, que había sido la única persona que seguía juntándose con ella.
Noche tras noche tenía la misma pesadilla , en ella rememoraba lo ocurrido noches atrás con aquel ser, para luego levantarse entre espasmos provocadas por llorar descontroládamente.
al mes harta de que aquello no cesara, quiso decírselo a alguien para, así, de algún modo, liberarse un poco.
Optó por Sulli, le relató todo desde la aparición de aquella niña hasta lo ocurrido con aquel ser. Cuando acabó miró a Sulli, la cual la miró con una cara de preocupación, pena y compasión, pues no sabía si creerlo o no, así que le aconsejó a su amiga ir a un psicólogo.
La primera reacción de Nicole fue mirarla con cara de asco, como si la hubiera dejado de lado. A continuación salió corriendo de la casa de Sulli hacia la suya pero, nunca llegó a entrar en su casa.
Se trasladó a la casa de su madre y mandó a su hermano a que le trajera lo necesario.

Habían pasado meses desde que se traslado y de que dejara de tener esas pesadillas. Lo atribuyó a que lo que necesitaba era un cambio de aire y empezar, por así decirlo, desde cero.
Hizo nuevas amistades, encontró empleo y hasta tenía planeada su boda con Brian, un hombre de negocios, que conoció en su actual trabajo
Había pasado casi un año desde que tuvo la última pesadilla. Se había casado y trasladado a la casa de su marido y vivían bastante feliz pues, no les faltaba absolutamente de nada y se costeaban todos los caprichos que querían: viajes, fiestas cruceros...
Llegó el primer aniversario del incidente que tuvo con la niña pero, Nicole ya no se acordaba.
Aquella noche se fue a dormir como todas loas días pero, a las 3:30 se despertó sobresaltada y ardiendo. Se levantó para echarse agua en la cara y refrescarse un poco. Cuando hubo acabado se dispuso otra vez a irse a dormir pero, al poner un pie en el pasillo escuchó aquella risa, como traída por el viento, que le hizo recordad aquella noche. Levantó la cabeza y en mitad del pasillo estaba aquella niña jugando con su osito de peluche.
Quería gritar pero, esta vez a diferencia de la otra vez, sí lo consiguió. Brian la escuchó y la se levantó, viéndola así, gritar en el marco de la puerta del cuarto de baño. Echó a andar hacia ella. Sulli gritaba aun más, si cabe, pues ella veía como aquella niña se acercaba a Brian con un puñal en la mano. Brian, la verla gritar, más rápido se acercaba.
En un segundo, en el tiempo que dura un parpadeo, aquella niña le atravesó el estómago a Brian con el puñal. Brian notó algo y bajo la cabeza hacia su estómago. La sangre salía sin control. Posó sus manos en la herida como intentando para la hemorragia pero, no consiguió nada. Cayó en seco en el suelo, muerto, inerte, sin vida.
Cuando buscó con la mirada a la niña, no estaba, había desaparecido.
Llamó a la policía y les contó lo que había ocurrido, por supuesto y como era de esperar, no la creyeron.
La acusaron de la muerte de Brian pues era la única que había hallaba en la casa cuando ocurrió y todos los indicios indicaban que lo había matado ella.
También le diagnosticaron psicosis, pus Nicole repetía una y otra vez que la asesina de su marido había sido la niña de botones en los ojos, incluso la llegó a describir y dibujar con total precisión, como si existiera realmente.
La encerraron en un manicomio, de por vida, en una celda aislada. No le pusieron una camisa de fuerza, no lo veían necesario, aunque su locura era muy avanzada.
Pasaron tres mese desde que la encerraron pero, al primer mes le tuvieron que colocar la camisa de fuerza pues, todas las mañanas amanecía con heridas. No entendían cómo se las hacía con la camisa puesta.
Cuando se iban a cumplir cuatro meses de su internamiento en aquel lugar, aquel ser de horrible aliento regresó. Le quitó la camisa y con sus afiladas garras fue dejando heridas por el estómago, brazos y cara de Nicole. Tras veinte minutes de dolor y miedo de Nicole aquel ser fue clavando una de sus garras poco a poco en el cuello de Nicole, matándola. Fue una muerte larga y dolorosa.
A la mañana siguiente los médicos y doctores del centro se la encontraron muerta.
En la mano derecha tenía un puñal, nadie sabía de donde lo había sacado. Lo tenía clavado en el cuello. Se había suicidado.
Llegaron a la conclusión de que su locura la había llevado a imaginarse seres y cosas que no existían y que lo que ella creía que habían hecho aquellos seres había sido ella, inconscientemente.

Fin.

sábado, 14 de abril de 2012

Ruidos 2.

Cuando estaba durmiendo en su cama se despertaba bruscamente por culpa de unas pesadillas que la atormentaban y en todas ellas aparecía aquella niña. Luego se tumbaba en la cama para intentar dormir pero no podía pues notaba como si alguien le susurrara cosas, que nunca llegaba a entender, cerca de su oreja. Después de esto se levantaba y encendía la luz y se ponía a ver la televisión. Esto le ocurría noche tras noche sin ninguna excepción.
No le contó nada a nadie, ni a su mejor amiga Sulli, por miedo a que la tomaran por loca.

Una mañana amaneció sudada entera, de los pies a la cabeza y muy acalorada, por lo que decidió darse un baño para relajarse.
Cuando se bañó posó su mano en su frente y notó que estaba ardiendo, tenía fiebre.
Se tomó unas pastillas para la fiebre y se pasó todo el día en el sofá viendo la televisión y bebiendo chocolate caliente. Al rato se quedó dormida.
Se despertó sudada y con la temperatura más alta que antes.
Había tenido una pesadilla pero que todas las anteriores.
La habitación estaba sumida en una completa oscuridad. La televisión se había apagado.
Allí estaban esos susurros otra vez. Giró su cabeza hacia su lado derecho y vio a un ser horrible sentado en la otra esquina del sofá. Tenía la mirada perdida, como si mirara a un infinito lejano. De su boca salía un aliento que parecía de ultratumba, le dieron ganas de vomitar pero se contuvo como pudo.
En el instante en el que pestañeó aquel ser de había aproximado a ella y la tenía arrinconada contra el sofá. Su mano se posó en su cuello y pegó su cara a la de ella. Definitivamente aquella sería la última noche que viviría. Aquel ser empezó a susurrar cosas en un lenguaje extraño que no lograba entender. Cada vez hablaba más rápido y más alto, esto provocaba que sus ojos amarillos pareciesen que iban a explotar. Los tenía inyectados en sangre.
Se asustó, quería gritar, pero de su boca no salía sonido alguno.
La habitación se tornó de un color rojo.
Aquel ser no para de murmurrar cosas.
Le dolía la cabeza y se estaba mareando porque el pestilente aliento de aquel ser le golpeaba directamente en la cara.
De pronto y sin previo aviso aquel ser se echó hacía atrás tan fuerte y de tal modo que se golpeó la espalda contra la columna cercana al sillón y desapareció en ese instante y haciendo que aquel olor a podrido desapareciera y que la habitación volviera a su oscuridad anterior.
La televisión se encendió sin previo aviso asustándola más de lo que estaba. Aquella noche no pudo dormir y se la pasó hablando con una dormida Sulli por teléfono.



Continuará....

domingo, 25 de marzo de 2012

Ruidos.

Llevaba días notando ruidos extraños(golpes, gritos) por toda la casa y no sabía de donde provenían. Solo se oían de noche y Nicole estaba sola. Por eso siempre intentaba convencer a alguien para que se quedara a dormir con ella.
Una noche Sulli la llamó para decirle que aquella noche no podría quedarse a dormir pues, su madre había enfermando. "No importa, tu madre es lo primero", le dijo.
Aquella noche se fue a dormir temprano, cuando todavía había luz, para no escuchar los ruidos,se tomó dos sogniferos y se fue a la cama.

Sonó el despertador, se levanto a apagsrlo, toda somnolienta, pero cuando miró la hora que marcaba, se despertó sobresaltada. El despertador marcaba las 3:30 de la mañana. Se asustó. Se dispuso a escuchar pero, no oían aquellos sonidos. Una sonrisa iluminó su cara pro, lo mismo que vino se fue.
Los sonidos venían del salón pero, esta vez no eran de sufrimiento, sino que, se escuchaba la risa se un niño pequeño, pero se oía lejana, como si la trajera el viento.
Esta vez decidió envalentonarse e ir a ver que provocaba aquellos sonidos. Nunca antes lo había hecho por miedo pero, esta vez, u cuerpo le decía que fuera.
Se bajo de la cama y se calzó las zapatillas de estar por casa y se fue camino al salón.
Abrió la puerta y lo que vio fue una de las peores visiones que se pueden tener en la vida, parecía sacada de una de sus peores pesadillas.
En mitad del comedor se encontraba una niña de unos 3 años jugando con un osito de peluche. El peluche tenía los botones en los ojos y la boca cosida y la niña al igual que el osito de peluche tenía botones cosidos donde en su lugar debería de haber ojos y la boca cosida.
Quería gritar, pero de la impresión de aquella imagen fue tan grande que no le salía nada.
Cerro los ojos y los volvió a abrir, un simple parpadeo y la niña ya no estaba.
Se fue a la cocina, necesitaba echarse agua y tomarse una tila.
Se paso todo lo que quedaba de noche en el comedor con la luz encendida y la televisión y se bebió cinco tilas.
Durante dos semanas los rudos cesaron. Durante esas dos semanas no puso un pie en el salón. No quería recordar nada de aquello,aunque no hacia calara que entrara allí pues a su cabeza venían los recuerdos una t otra vez.
Pero al mes algo cambio..
Continuará.

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El siguiente capítulo lo subiré según el acogimiento que tenga este. Espero que sea bueno. Si quieren decirme algo sobre él pero no pueden comentar diganmelo por ask. Lo tenéis en el lado derecho del blog.

martes, 13 de marzo de 2012

Los ojos oscuros de ella.

-¡Mama, me voy! - gritó Cristina.
-¿A dónde vas? - preguntó su madre.
- A la casa de Carmen.
-Vale, adiós.
Cristina salió disparada pero antes de cerrar la puerta corrió hacia su madre y la abrazó con fuerza. Tenía el presentimiento de no volver a verla más.
-¿Qué te pasa Cristina?
-Nada - contestó. Se sentía ridícula de su comporta miento. Así que soltó a su madre y salió de su casa.
Iba andando por las tranquilas calles de su pueblo y cuando le quedaban un par de metros para llegar a la casa de Carmen, escuchó un grito, se acercó un poco a la esquina de la calle y vio a un hombre clavándole un cuchillo a una chica de unos trece años más o menos. Al ver aquello se quedó sin aliento y durante unos minutos no se movió de su sitio. Luego cuando empezó a recuperarse un poco quiso alejarse de allí lo más rápido posible pero, las piernas le fallaban y sin querer le dio una patada a una botella de cristal que rompió el silencio que la ocultaba. El hombre se dio media vuelta y la miró fijamente, clavando sus ojos claros en los ojos oscuros de ella. Cristina echó a correr como alma que lleva el diablo. Cuando llegó a la casa de Carmen empezó a golpear la puerta.
-¡Carmen, por favor, abre! - gritó.
Esta abrió la puerta y sin dudarlo dos veces Cristina la empujó hacia dentro y cerró la puerta de un golpe.
- ¿Qué te pasa Cristina? - Le preguntó Carmen sin entender nada.
-Espera, da me un momento para recuperar el aliento.
Luego le contó todo lo que le había pasado, Carmen cogió su bolso y la agarró de la mano.
-Vamos a la comisaría, les tienes que contar todo lo que has visto.
-¡Estás loca! - vociferó Cristina.
-Tranquilízate, vale. Sino quieres contar lo sucedido a la policía no te voy a obligar pero, eso sí, tendrás que olvidarte de todo - le dijo.
Cristina llamó por la noche a su madre y le dijo que iba a quedarse a dormir en la casa de Carmen.

Pasaron dos meses tranquilos y Cristina olvidó poco a poco lo sucedido, además estaba demasiado ocupada con la fiesta que iban a hacer Ángel, Pablo, Carmen, María y ella en su cortijo el día 22 de ese mes.
Por fin, llegó el día esperado y todos se reunieron en el cortijo. Estuvieron bailando, bebiendo, etc. Cristina estaba fuera en el jardín con su novio Ángel tan contenta como nunca pero, como casi siempre la felicidades no suele durar mucho.
Después de pasar una noche inolvidable se fueron a dormir Pasó una hora más o menos y Cristina se levantó sobresaltada. Extendió su mano a su derecha y no encontró a Ángel a su lado. Se asustó.
Se levanto en busca de él. Fue a la cocina a buscarlo pero, no lo encontró. Se dirigió hacia el fregadero a beber agua, cogió el vaso y abrió el grifo.
......
-¡Ah! - gritó.
El líquido que salia no era transparente sino rojo.
Escuchó un ruido y un escalofrío recorrió su cuerpo. Muy asustada entró a un cuarto y cerró la puerta con el cerrojo. Después encendió la luz, estaba en el cuarto de baño, se dio la vuelta y.... lágrimas. Cristina estaba llorando en silencio. En la bañera se encontraba el cuerpo de Ángel sin vida. Silenciosamente, con los ojos enrojecidos y un dolor de cabeza, salió del baño y se dirigió hacia el jardín. Quería despertarse de aquella pesadilla lo más pronto posible pero, como todos sabemos, no era ninguna pesadilla.
Salió al jardín y...... Esta vez no lloro, ni gritó, sino cayó de rodillas con los ojos abiertos como platos y la cara desencajada. Angustia, eso es lo que sentía Cristina al ver los cadáveres de sus amigos en la piscina. Sintió una mano en el hombro, se dio la media vuelta y los ojos claros de él se clavaron en los ojos oscuros de ella.

lunes, 5 de marzo de 2012

Un vuelco al corazón.

Todo comenzó como una tarde
de lo más normal, iba andando
por la calle y algo sucedió,
del parque el salió.

Con su mirada consiguió
que toda aquella tarde por
mi cabeza pase y un vuelco
de mi corazón.

Desee que la tierra se parara
en ese mismo momento
y que en este mundo solo estuviéramos
tú y yo.

Nos quedamos mirando sin saber
que decir.
Pero él no sabía que con una sola mirada
todo lo que no logras expresarte con palabras
yo lo se interpretar.
Nuestras miradas se fijaron
como dos manos unidas que
no quieres que se separen en
esta vida.

Tan solo fueron unos instantes
pero lo que tengo claro es que
fueron los mejores de aquella tarde.

domingo, 4 de marzo de 2012

Gracias por todo.

Gracias por ser mi consejera
la que me ayuda
a superar todo lo que venga.
Aunque yo diga que no necesito nada
tú me apoyas y me intentas sacar del
agujero donde me metí sin pensar.
Gracias a ti logro reír aunque me
cueste vivir.
Gracias a tus locuras nos logramos
divertir.
Nunca quiero dejarte ir
porque no se qué haría sin ti.
Espero que nunca dejemos
de estar juntar y reír.
Muchas Gracias.

Boram.

Iba paseando por la plata y como cualquier otra persona se me ocurrió arrojar una piedra al agua con tan mala suerte que golpeé a alguién en la cabeza.
Me acerqué, introduciéndome en el agua, hacia aquella persona.
En un principio no lo noté pero luego me di cuenta de que lo había matado, ¿pero cómo? La piedra no era muy grande y no la tiré muy fuerte. Cosas del destino, pensé.
Como pude la saquñe del agua y la arrastré hasta mi coche, como era muy temprano no había nadie en la calle por lo que tuve suerte, la metí en los asiento traseros del coche y cuando me disponía a meterme en el asiento del conductor una voz dijo a mis espaldas:
-Te he visto, he visto como la has matado.
-Pero, si fue sin querer y además tú, ¿quién eres? - pregunté entre extrañado y asustado.
-Yo me llamo Boram, pero eso es lo de menos, lo importante es que eres un asesino - dijo ella con una sonrisa en la boca.
-Va.. - dije mientras me montaba en el coche.
Arranqué el coche y cuando eché marcha atrás para poder salir del aparcamiento Boram se había metido en mi coche.
-Pero que..
-Sh.. Conduce hasta esta dirección - me dijo.
Me entregó una tarjeta con la dirección y conduje has ta ella.
Llegamos a una casa a las afueras de la cuidad.
Bajamos del coche y ella me indicó que le ayudara a bajar el cadáver del coche para esconderlo dentro de la casa.
Tras haberlo metido en una de las habitaciones me dijo que nos íbamos de allí hacía la ciudad otra vez.
-Bueno, y a qué viene tanta amabilidad - le dije.
-Pues mira, tú necesitabas ayuda con eso y yo necesito ayuda con otra cosa así que yo te ayudo y tu me ayudas - me dijo sonriéndome.
-Pero..
-No hay peros, me ayudas y punto - dijo un tanto seria.
Me entregó una carpeta con un dossier dentro, abrí la carpeta y me leí el dossier por encima. Cuando volví la cabeza hacía el asiento del co-piloto ya no estaba, en su lugar había una nota que decía:
''Hay tienes la historia de una persona, mátala, ya eres experto en eso ¿no? y otra cosa: que parezca un accidente.''
Estas últimas palabras estaban escritas en mayúscula.
Por supuesto, no pensaba matar a nadie.
Me fui hasta mi casa, al llegar había una nota en la puerta.
''Si no lo haces serás tú el que muera.''
Casi me atraganto al leer aquello.
Bueno, era la persona del dossier o yo, así que mañana me pondría manos a la obra.
Según leí la persona que debía morir se llamaba Tiffany y tenía como costumbre ir ha correr todas las mañana así que iría detrás de ella, le daría un pequeño empujón haciendo que al resbalarse se golpeara la cabeza, provocando así su muerte inmediata.
Así lo hice, aquella tarde después de asesinar a otra persona tocaron a mi puerta y deslizaron otra carpeta por debajo de ella.
''Ahora, serás mi asesino personal, no puedes echarte para atrás. Tengo fotos tuyas que te delatan en os dos asesinatos.'' rezaba una nota que tenía pegada la carpeta.
Creo que desde ese día hasta hoy he matado a una persona por semana y le he pillado el gustillo a esto de matar. Vamos que ahora es algo normal en mi vida, pues me he acostumbrado a esperar a que toquen a la puerta para recoger la carpeta y que a la mañana siguiente me levantara temprano para matar.
Pero hay una cosa curiosa, las víctimas siempre son mujeres jóvenes con el pelo negro y los ojos verdes.
Mucha gente se preguntará que por qué no lo he dejado y es por el echo de que Boram siempre me fotografía matando a alguien y temo que si me niego me entregue a la policía.
Si, me llamo Henry y soy un asesino en serie, ¿y que?.