viernes, 27 de mayo de 2011

El Héroe.

Os voy a contar cómo se convirtió Nico en mi héroe.
Todo empezó cuando murió mi padre. mi madre ya no podía hacer frente al pago de la hipoteca. Tuvo que malvender nuestro hogar y el dinero obtenido sirvió para seguir pagando deudas. luego seis meses después de que papá muriese , nos trasladamos a un pequeño piso alquilado en un humilde barrio. Mamá consiguió trabajar como secretaria y yo proseguí mis estudios en un colegio público. Y así comenzó el año más horrible de mi vida. Me sentía como una princesa expulsada de su palacio. Dejé de frecuentar a mis antiguos amistades y no hice ningún nuevo amigo.
Un día fui a recoger las notas y tan contenta del resultado del sobre que llevaba en mi carpeta, decidí tomar el camino más corto. Hacía mucho calor. Las calles de aquel barrio se encontraban prácticamente desiertas. A lo lejos, 4 hombres situados junto a una blanca furgoneta extendían unas mesas plegables. Aceleré el paso. No me gustaba ese barrio y, además me daba mucho miedo. Llevaba recorrido la mitad del camino cuando vi que al otro lado de la calle, apoyados contra una valla, 2  jóvenes me contemplaban con expresión descarada, uno de ellos señaló en mi dirección e hizo un comentario por lo bajo y el otro se echo a reír. Proseguí mi camino, muy nerviosa y con la vista clavada en el suelo, pero no pude contenerme más y volví la cabeza. Al hacerlo, comprobé que los dos jóvenes, lejos de seguirme, continuaban charlando. Entonces, de repente un viejo se abalanzó sobre mi. Yo empecé a gritar y me caí al suelo en medio de un montón de basura. Y justo en ese momento apareció un muchacho de dieciocho años.
-¡Eh, tranquilo! - dijo- Estás asustando a la peque.
El viejo pareció calmarse. Su rostro se relajó y se quedó inmóvil. El muchacho se volvió hacia mi. Su pelo era corto y vestía una camisa blanca muy amplia, vaqueros y unas viejas deportivas.
-¿Estas bien? - me preguntó mientras hacia girar un palo que sostenía en la mano derecha.- ¿Te ha asustado mucho? Pues tranquila tía, el abuelo es muy inocente
-Antes no lo parecía -balbuceé, nerviosa, buscando con la mirada mi carpeta.
El muchacho se inclinó, cogió la carpeta y me la dio.
-Gracias....-tragué saliva y añadí- me tengo que ir...
Comencé a alejarme, pero el muchacho me contuvo
-¡Eh! Me llamo Nico. Recuérdalo
Yo, aún confusa, asentí un par de veces y luego eché a correr hacia mi casa.

Al día siguiente, decidí salir a dar una vuelta. Como siempre hacia cuando quería pasear, me dirigí a un parque próximo a mi casa. Aquel era el único lugar bonito del barrio. Y, de pronto, 2 jóvenes muy delgados y de ojos enrojecidos se acercaron a mi, uno empuñaba una navaja y el otro blandía un trozo de tubería.
-¡Dame la pasta o te rajo! - gritó el de la navaja.
-No tengo dinero - logre finalmente responder - os lo juro. Dejadme, por favor....
-¡El collar! ¡Vamos guarra, suelta el collar!
-No, por favor - supliqué- no me quitéis el collar...
-¡Dame el collar, desgraciá!
Y entonces, una voz suave y risueña sonó a sus espaldas.
- Eh, tíos, os estáis pasando con la peque
Sorprendidos, los 2 se volvieron a la vez y contemplaron al muchacho que, apoyado contra un árbol, hacia girar entre sus dedos un palo.
Era Nico.
-¡Largo de aquí, chaval! - gritó el de la tubería.
-¡Cómo no te vayas de aquí, te rajo! - añadió el de la navaja.
-¡Qué miedo! - dijo e tono burlón- ¿Sabéis lo que pienso? Que sois unos pringaos, Un par de mierdas, vamos.
-¡Te voy a matar, mamón! - gritó el de la tubería
Nico inesperadamente, empuñó el palo y lo dirigió hacia los pies de su atacante. el de la tubería tropezó con el palo, perdió el equilibro y se derrumbó pesadamente. Su cabeza golpeó contra un bordillo.
-¡Será desgraciao! - dijo el de la navaja.
Luego me apartó bruscamente y se enfrentó con Nico.
-¡Te voy a hacer rodajas como una mortadela, enano de mierda! - amenazó
-No juegues con eso, colega - advirtió Nico-, que te vas a pinchar.
El de la navaja se lanzó hacia delante, dirigiendo el filo de la navaja hacia el vientre de Nico.
El palo describió un breve arco en el aire, zumbando como un abejorro irritado y restalló contra la mano que sostenía la navaja.
-¡Ay!- gritó el atacante.
-¡Buu! - gritó de pronto Nico, al tiempo que daba un paso hacia los atracadores.
Sobresaltados, los 2 jóvenes echaron a corre como almas que lleva el diablo.
-¿Estas bien, peque?
-Si...pero preferiría irme de aquí.
-Vale - accedió- te acompañaré.
Al cabo de un rato Nico me preguntó:
-¿Por qué no les diste el collar?
-Mi padre murió y este collar fue su último regalo.. y - empecé a llorar.
-No llores peque.
- Yo no soy tu peque - le dije en voz alta - Me llamo Laura.
-Vale, vale, tranquila.
-Gracias por todo.....Si tu no me hubieras ayudado.....-antes de terminar la frase, este me abrazo y me susurró al oído:
-No te preocupes, yo siempre seré tu héroe
Fin.

1 comentario:

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